La leyenda se refiere a los caballeros que murieron en la Batalla de Åsle, a veces conocida como la batalla de Falköping, que tuvo lugar precisamente en Falköping o sus alrededores el 24 de Febrero (o Agosto) de 1389 entre las fuerzas de Alberto III de Mecklemburgo (Rey de Suecia) y Margarita I de Dinamarca. La Reina Margarita y las tropas suecas-danesas de la oposición aristocrática sueca se impusieron a las de Alberto y su ejército compuesto por mercenarios alemanes, por lo que el rey fue derrocado del trono sueco y capturado junto a su hijo Erik, manteniéndose como prisioneros hasta 1395 tras firmar el Tratado de Lindholm por el que Margarita tomaba posesión de Estocolmo.
La totalidad de las bajas de la batalla se desconoce, pero sí se sabe que por el bando de Margarita I murieron en combate al menos ocho caballeros (incluido el comandante Henrik Parow) y por el de Alberto III perecieron veinte caballeros. El Obispo de Skara y otros caballeros fueron hechos prisioneros de guerra y enviados a la Fortaleza de Bohus. Finalmente se les liberó más tarde, aunque algunos de ellos tuvieron que pagar para obtener su libertad.
El 5 de Julio de 1896, se erigió una piedra conmemorativa sobre la Batalla de Åsle.
Piedra conmemorativa de Åsle.
Leyenda.
La historia dice que los fantasmas están atrapados dentro de la montaña Ålleberg, esperando que una nueva guerra los despierte y puedan luchar para salvar el país. También se cree que la montaña acoge a los trolls.
Se dice que la entrada a la cueva de la montaña es difícil de encontrar. Una vez, un agricultor estaba llevando una carga de grano al mercado de Falköping. Al pie de la montaña Ållebergs Änne se encontró con un extraño que le preguntó si podía comprar su carga. El granjero fue con el extraño y terminaron en la cueva de la montaña donde los caballeros yacían durmiendo, completamente vestidos y listos para la batalla. El granjero chocó contra una brida, que hizo ruido. Los caballeros se despertaron y se preguntaron si era hora de tomar las armas. El hombre que había comprado la carga les aseguró que podían dormir profundamente.
En su Un año en Suecia, Horace Marryat relata una de varias versiones de la leyenda actual en Falköping, el municipio más cercano a Ålleberg, desde su visita a mediados del Siglo XIX:
Los campesinos todavía cuentan historias sobre las armaduras doradas que llevaban los caballeros alemanes; y fingir, al vagar después del anochecer, haber conocido los espíritus de los guerreros, especialmente antes de la guerra.
Marryat continúa, describiendo la historia de un joven que entra a la montaña por orden de un misterioso caballero:
Alrededor de las paredes de una vasta cámara yacían caballeros dormidos, con armaduras doradas colgando sobre sus cabezas; desde atrás escuchó un sonido como de caballos en sus establos durante la noche. Aunque caminaba muy suavemente con sus zapatos con clavos de hierro, algunos de los guerreros se despertaron y preguntaron: “¿Ya ha llegado la hora?”
En medio de la rotonda de Jönköping, en las afueras de Falköping, se encuentra un caballero perdido mirando hacia la montaña Ålleberg, esperando quizás encontrar la entrada a la cueva de la montaña.
Escultura de Åsa Gustavsson, en Falköping (Suecia), representando a uno de los caballeros de Ålleberg.
Esta leyenda es un perfecto ejemplo del mito del Rey bajo la montaña, un líder nacional mítico que no está muerto en realidad si no que está supuestamente dormido, aguardando su regreso cuando su pueblo lo necesite o la situación lo amerite. El sistema de catalogación de mitos Aarne-Thompson le reserva el código 766, enlazándolo con la leyenda de los Siete durmientes de Éfeso. Se considera que líderes como el Sacro Emperador Romano Federico I Barbarroja, el conquistador Mongol Genghis Khan o el último emperador bizantino Constantino IX son los típicos ejemplos de héroes dormidos, cuyos pueblos esperan su regreso en tiempos de necesidad. El mito del Rey bajo la montaña también involucra a héroes legendarios, a menudo acompañados por sirvientes armados, durmiendo en lugares remotos, como cuevas, cimas de montañas o lugares sobrenaturales.
Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico I Barbarroja (1122 – 190) durmiendo en Kyffhäuser (Grabado del Siglo XIX).
Fuentes: Wikipedia, Åsle Tå, elaboración propia.