Moas gigantes (Dinornis).
Periodo: Pleistoceno tardío – Holoceno. Hace 4 millones de años – Circa 1.500 d. C. aproximadamente.
Tamaño: Hasta 2,7 metros de largo y 3,6 metros de altura.
Peso: Hasta 278 kilogramos.
Localización fósiles: Nueva Zelanda.
Estado de conservación: Extinto.

Esqueleto de Dinornis robustus.

Comparación de tamaño de diversas especies de moas con una persona: Rojo Dinornis novaezealandiae. Verde Emeus crassus. Amarillo Anomalopteryx didiformis. Violeta Dinornis robustus.
Las conocidas como moas pertenecían a un género extinto de aves no voladoras del clado Palaeognathae que comprendían diez especies diferentes, siendo las Dinornis (moas gigantes) las de mayor tamaño.
Los moas aparecieron en el Cretácico hace más de 90 millones de años, en época de los dinosaurios, siendo sus parientes vivos más próximos, los tinamúes de Surámerica, los kiwis, los casuarios y los emúes de Australia están más lejanamente emparentados siendo grupos divergentes de un mismo origen. Hasta tiempos modernos Nueva Zelanda y las islas que la rodean no estaban habitadas por mamíferos, por lo que era un ambiente que permitía a algunas aves adaptarse a hacer nidos en el suelo y a otras volverse no voladoras. Los moas se extinguieron alrededor del año 1500, poco después de que los primeros cazadores maoríes llegaran a las islas. Algunos creen que existieron pequeños grupos de moas hasta fines del Siglo XVIII o inicios del XIX. De hecho, se cuenta algún avistamiento por parte de marineros a las órdenes de James Cook, y llama la atención el estado de conservación de algunas plumas de estas aves. Sin embargo no hay pruebas físicas al respecto.
La filogeografía de este grupo está bastante bien establecida y es un ejemplo de la acción de varios mecanismos de especiación. Alrededor de 82 millones de años atrás, los ancestros de este grupo quedaron aislados de las restantes aves rátidas, cuando Nueva Zelanda se separó de Gondwana, resultando en la separación física de los grupos. Este mecanismo es llamado especiación alopátrica. Pasado un tiempo, los ancestros de los géneros sobrevivientes, se adaptaron a diferentes nichos ecológicos. Esto dio lugar a aislamiento reproductivo, y es ejemplo de especiación ecológica.
En el Plioceno, alrededor de 5 millones de años atrás, la formación de los Alpes del Sur diversificó el paisaje y proveyó nuevas oportunidades para la especiación dentro de los nuevos géneros. Unos 3 millones de años atrás, varios linajes se adaptaron a altitudes altas y bajas. El linaje de bajas temperaturas (montaña, altas altitudes, edades glaciales) originó especies más resistentes a la baja temperatura y de menor tamaño, mientras que el de bajas altitudes o clima más suave, dio lugar a las distintas especies más extendidas. Con el aislamiento de unas pocas aves errantes que llegan a una isla adecuada, surge rápidamente una especie isleña por divergencia con las poblaciones de la especie de los territorios de origen. Tanto las varias especies de kiwis como las moas son el resultado de la migración de un número limitado de individuos a islas y la adaptación posterior al hábitat de esas islas.
Finalmente, en tiempos recientes, poblaciones de aves del territorio neozelandés quedaron divididas entre la Isla Norte y la Isla Sur debido al ascenso del nivel del mar cuando los glaciares continentales se derritieron al final del Pleistoceno.
Antes del arribo de los maoríes el equilibrio de las moas se había saldado con un descenso en su densidad en el último millón de años, causado por varios factores:
- Periodos glaciales, en los que casi toda la Isla Sur fue aislada en pequeños territorios por el hielo.
- Cambio climático que disminuyó los espacios cubiertos de tussok (formaciones botánicas caracterizadas por el predominio de gramíneas coriáceas cuyas alturas median entre el metro y los 2 metros), sustituidos por selvas y bosques densos debido al aumento gradual de la temperatura y la humedad.
- Diversificación en especies para evitar la competencia ecológica.
- Predación de las águilas de Haast (Harpagornis moorei), la mayor ave de presa conocida, hoy también extinta.

Moas atacadas por un Harpagornis moorei.
Las moas, a diferencia de otras ratites (aves no voladoras), como el avestruz, el emú, el casuario o el ñandú, durante la evolución habían perdido completamente las alas, tal como ocurre con los supervivientes kiwis, que se consideraban emparentados con las moas.
La fauna de Nueva Zelanda evolucionó por largo tiempo en ausencia de humanos y otros mamíferos. Sólo unas pocas especies de murciélagos y mamíferos marinos estaban presentes antes de la colonización por los humanos, y los únicos depredadores eran aves de presa que cazaban usando la vista. Estas circunstancias influenciaron la evolución de las aves de Nueva Zelanda, por ejemplo, las adaptaciones a la falta de vuelo del kakapo y la anidación en el suelo del kea. Los polinesios llegaron a las islas entre el año 800 y 1300 de nuestra era, e introdujeron el perro polinesio (kuri) en las islas.
Esto fue desastroso para la fauna nativa, porque los predadores mamíferos pueden localizar sus presas por el olor, y la fauna nativa no había evolucionado para defenderse de ellos. Los principales depredadores eran aves: Águilas (aguiluchos de Eyles, Kāhu y águila de Haast ), halcones (Kārearea) y búhos (Whēkau y Ruru). Muchas de las adaptaciones de las aves neozelandesas refleja el contexto único en el que evolucionaron. Este balance único fue perturbado con la llegada de los Polinesios, quienes introdujeron la rata polinesia y el mencionado anteriormente Kuri (perro polinesio) en las islas. Posteriormente, los europeos introdujeron muchas más especies, incluyendo grandes herbívoros y predadores mamíferos.

Recreación de una moa gigante cazada por indígenas (1906 – 1907).
Para evitar la sobrepoblación, las moas alcanzaban muy tardíamente su madurez reproductiva: A los diez años de nacidos, como la especie de moa gigante Dinornis robustus. Esta demora facilitó su extinción, ya que no se dio una suficiente tasa de reposición ante el ritmo con el que eran cazados por los maoríes, unido al hecho de que seguramente realizarían una única puesta al año. Los huevos de Dinornis eran enormes, tan grandes como una pelota de rugby y alrededor de 80 veces el volumen de un huevo de gallina. Sin embargo, a pesar de su tamaño, los huevos de moas eran extremadamente delgados, con cáscaras de huevos de Dinornis novaezealandiae de alrededor de 1,06 milímetros de espesor y cáscaras de huevos de Dinornis robustus de 1,4 milímetros de grosor. Como tal, se ha estimado que los huevos de moas son “los más frágiles de todos los huevos de aves medidos hasta la fecha”.
Eran aves no voladoras poseían un esternón sin quilla y un paladar distintivo, hecho que las diferenciaba de otras aves. También presentaban dimorfismo sexual, las hembras eran de mayor tamaño que los machos. Las moas se alimentaban de semillas, frutas, flores, arbustos, hierba e incluso ramas. En el caso de las Dinornis se cree que sus poderosas patas les permitía a las moas correr a velocidades de unos 40 km/h. Para referirse a estas aves los maoríes usan tanto en singular como en plural la palabra moa sin ese final.

Huellas de Dinornis robustus (1911).
Moa gigante de la Isla del Norte (Dinornis novaezealandiae): Vivía en la Isla Norte de Nueva Zelanda en las tierras bajas (matorrales, praderas, dunas y bosques). Su tamaño era inferior al de su pariente de la Isla Sur. Tenía un dimorfismo sexual muy pronunciado, siendo las hembras mucho más grandes y pesadas.
Moa gigante de la Isla del Sur (Dinornis robustus): Vivía en la Isla Sur de Nueva Zelanda en hábitat de tierras bajas (matorrales, dunas, praderas y bosques) como su pariente del Norte. Esta moa es la mayor de todas y la especie de ave más alta conocida.

Representación artística de varias Dinornis.
Fuentes: Wikipedia, Prehistoria Wiki, elaboración propia.
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