Déjame olvidarte como papel mojado navegando sin rumbo por el mar, haz que el peso de mis manos entregue tu recuerdo a lo más hondo del abismo. Arrojar flores a esta naturaleza marchita que hemos engendrado sería únicamente un último acto de desagravio cuando la despedida ya se ha sentado en nuestro salón de invitados.

Vamos a cesar esta angustia, vaciar de una vez el pesar de tu pecho en un abismo de sangre y miserias que te envuelven y reconcomen internamente. No queda más razón que la propia nada y su íntimo delimitar con tus labios y el veneno que allí guardas como éxtasis para almas decrépitas y sentenciadas.

He mantenido enterrados estos demonios que hoy nos asolan por miedo a que llegase el día en el que decir no a toda esa plaga de rencores que guardas. Medianoche de Infierno para el corazón, y una tensa mueca en los labios para dictar punto y final a esta función de terror y risas nerviosas. En frías y otoñales manos encomiendo mi (des)amor.

Lo oculto de tu miseria hace todavía más evidente mi desprecio. Sombra purgando tu odio en brazos de la soledad y otros desastres con los que justificar tu derrumbamiento, como la caída del hijo pródigo. Simplemente el cielo se olvidó de ti, mientras a tu alrededor construías un inmenso pandemonio.

Eres viejo lastre de un caos interrumpido por baches de ausencia y calma irritante, ahora sí, perdóname porque ya no hay más ganas de prestar atención a tus desvaríos y falsa sensación de superioridad. En tu vieja prisión de decadencia y mentiras fáciles nunca has sido libre, todo lo contrario que los corazones rotos que dejaste por el camino. Sí, yo, libre por fin, libre de ti.

Peter Paul Rubens - Cabeza de Medusa

Peter Paul Rubens – Cabeza de Medusa (1618).

6 Comments on “Víboras

  1. Maravilloso relato, afilado como un puñal y a la vez hermoso como una flor. Gracias por compartirlo! 👏👏👏👏

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